miércoles, 8 de enero de 2014

Las palabras que peor pronunciamos en español

 Las palabras que peor pronunciamos en español
Muchas veces fastidia el hecho de revisar un diccionario para saber la manera correcta de escribir unas palabras, y más aún conocer la debida pronunciación de la misma. El diario El Confidencial publicó una encuesta de la empresa SpinVox parasaber cuáles son las palabras en español que peor pronunciamos.

1. Veniste

Los tiempos verbales son los que más padecen la mala pronunciación. La conjugación verbal española es compleja y presenta múltiples irregularidades, por lo que a menudo son objeto de confusión cuando el nivel cultural es bajo. Veniste en lugar de *viniste es uno de los errores más frecuentes en castellano aunque, dentro de los verbos, tampoco se quedan cortos *conducí en lugar de conduje y *andé en vez de anduve.

2. Transtorno

Es sencillo observar de dónde procede este error: se dice transporte, transatlántico, transformación. Sin embargo, se dice trastorno, sin n. La adición de la nasal en esta palabra es frecuentísima por analogía con todas aquellas que en castellano sí la presentan –que son muchas–.

3. Perjuicios

La palabra perjuicios, efectivamente, existe en español, el problema es que mucha gente la utiliza cuando quiere referirse a los prejuicios. No debemos confundirlas, pues son bien distintas: los perjuicios son los daños ocasionados, y los prejuicios, la opinión acelerada y sin fundamento que tenemos de algo o alguien.

4. Idiosincracia

En muchas zonas hispanohablantes, como en todo el sur de la Península Ibérica, se confunde el sonido de la ese con el de la zeta. Sin duda, éste debe ser el origen de la mala pronunciación de idiosincrasia, palabra ya de por sí enrevesada, y que además presenta la confusión entre esos dos sonidos.

5. Zarpullido

Lo mismo sucede con la mala pronunciación de sarpullido, a la que debemos añadir, quizá, una asociación semántica: es con la zarpa con la que nos rascamos cuando nos sale un sarpullido, de manera que la asociación de ambas, unida a la confusión fónica, da lugar a este frecuente error.

6. Inaptitud

La falta de aptitud o capacidad se llama en castellano ineptitud, y la *inaptitud, sin embargo, no existe.

7. Madrí

La última d de la capital española brilla por su ausencia, en una típica relajación de la pronunciación de las consonantes finales que no tienen apoyo en otra vocal: no seamos vagos, y pronunciemos Madrid, con todas sus letras.

8. Esparatrapo

De nuevo, se unen aquí razones fónicas y semánticas. Por un lado, la t y la d sólo se distinguen en un rasgo: una es sorda y la otra sonora. Por el otro, es obvia la relación con el trapo, pues ambos, el esparadrapo y el trapo, sirven para limpiar. De ahí la divertida confusión entre uno y otro.

9. Helicótero

Sucede aquí lo mismo que con *Madrí, y es que hay consonantes que carecen de apoyo en otra vocal y requieren un mayor esfuerzo en la pronunciación. Por eso nos comemos la p de helicóptero.

10. Tortículis

El famoso dolor de cuello se llama tortícolis, que no *tortículis. Tal vez porque la molestia se origina en esa parte del cuerpo, tendemos a pasar la sílaba –cu– de cuello al dolor que se expande por dicha zona. Pero un término tan técnico no deja lugar a dudas.

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