No parece lógico que un padre se dedique a repartir fotografías de sus hijos a extraños en la calle, sin embargo, parece muy normal que suban imágenes de sus pequeños en Facebook, Twitter, Flickr, Youtube o Instagram. Desde la primera ecografía hasta su primer baño, el fenómeno a alcanzado tales dimensiones que ya tiene su propio nombre en ingles: “Oversharenting”.
No existen datos sobre esta práctica en Venezuela, pero según una encuesta de la página Posterista.co.uk, en el Reino Unido el 94% de los padres cuelgan fotos de sus hijos en internet.
“La sociedad actual tiende a desnudarse en todos los sentidos, en mostrarse demasiado a los demás. La gente cree que lo suyo es muy interesante. Se mira demasiado en los ojos de los otros y no se da cuenta de lo poco que importa lo suyo a los demás”, reflexiona el psicólogo Javier Urra.
“La sociedad actual tiende a desnudarse en todos los sentidos, en mostrarse demasiado a los demás. La gente cree que lo suyo es muy interesante”
Recordó que toda la información publicada en el internet “queda en el histórico”: “El niño puede toparse el día de mañana con información que no conocía y se puede preguntar ¿hasta qué punto he sido utilizado?”.
Los padres difunden imágenes de los pequeños hasta crear una vida virtud que el hijo puede rechazar cuando crezca. ¿Cuál será su reacción cuando sea adolescente y encuentre miles de fotos de él en pañales, jugando, comiendo o incluso en la bañera? Antes estas imágenes se guardaban en casa y se enseña solo a los más próximos, pero ahora puede ser que esa primera visita al dentista o un momento gracioso se convierta en un video viral en Youtube.
“Todos tenemos derecho a que no se rían de nosotros y eso, a veces en el caso de los niños no está asegurado. Los padres deben tener en cuenta que sus hijos tendrán que lidiar con las consecuencias de sus actos de un modo muy personal en el futuro. El derecho a la imagen es de sus hijos, no suyo”, señala la experta en comunicación y nuevas tecnologías Charo Sádaba, agregando que “ya ha habido algunos casos en que los internautas se han manifestado en contra del uso que algunos padres están haciendo de sus hijos en las redes sociales, señalando que no están teniendo en cuenta su derecho a la intimidad y la construcción de una identidad digital propia”.
Los datos publicados en internet “configuran nuestro ‘currículum digital’, que cada vez va adquiriendo más importancia para nuestra valoración social”, afirma el director de la Agencia de Protección de Datos, que alerta de que las informaciones publicadas sobre menores “pueden condicionar su reputación una vez alcanzada la mayoría de edad”.
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