Según las notas que fue tomando Baltty, el niño poseído por el demonio se llamaba Robbie Mannheim. Y desde el primer momento, el pequeño Robbie mantenía una relación especial con su tía que era medium para ponerse en contacto con
los seres del más allá.
En una de las sesiones de ouija, la tia falleció y el joven Robbie empezó a intentar ponerse en contacto con ella. A partir de ese momento fue cuando Robbie fue cambiando: blasfemaba, le aparecían cortes en el cuerpo, su
comportamiento era cada vez más violento, se
contorsionaba de forma anormal, más demoníaco... además empezaron a suceder hechos inexplicables como pasos debajo de la cama, ruidos de arañazos, levitaba, etc.
Cuando Robbie fue llevado a un psiquiatra, este no encontró que sufriera ninguna enfermedad mental, no encontró explicación alguna a los hechos que sucedían ni al cambio que sufrió.
Los padres, sin saber muy bien que hacer, fueron a pedir ayuda al reverendo Luther Miles que finalmente decidió ponerse en contacto con el arzobispado al ver impresionado como la cama donde dormía Robbie se movía violentamente de forma inexplicable o como le salían de forma aleatoria e inexplicable llagas y cortes por el cuerpo del muchacho.
10 días después se presentó para exorcitarlo el padre Hughes. Pero su intento fue en vano. La intensidad de la posesión dotó al cuerpo de Robbie de una fuerza antinatural y demoníaca, se liberó de las ataduras y con un muelle que arrancó del colchón comenzó a golpear violentamente al sacerdote provocando varías heridas y contusiones.
Fue el padre William Bowdern y con la ayuda del obispo Raymond, quien realizó el exorcismo en el hogar de la tía. Durante el ritual aparecían cardenales y señales con las palabras infierno y rencor. Robbie también escupía en las caras de los presentes, realizaba movimientos obscenos, insultaba a los sacerdotes e incluso en algunas ocasiones pronunció frases en idiomas desconocidos (latin).
Se produjo el exorcismo final, una pelea entre el espíritu y el padre William que fue brutal, pero finalmente el espíritu que poseía al niño desapareció. Robbie se calmó de repente y dijo "SE HA IDO".
Tres meses duró el exorcismo.
Otro escrito, Allen, intrigado por los hechos que se iban sucediendo y describiéndose en los diarios, se intentó poner en contacto con Robbie Mannheim. Pero no fue fácil ya que la familia intentó esconder la identidad del pequeño para protegerlo. Cuando Allen localizó a Robbie éste ya era un señor maduro, casado y con hijos, y los médicos que lo habían tratado no encontraron en él ningún síntoma de las enfermedades mentales arriba mencionadas.
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